Aunque los dientes de leche son temporales y, en la mayoría de los casos, se caen durante la infancia, esto no quiere decir que no sean importantes. Los cuidados y buenos hábitos que tengamos con la salud oral de nuestros hijos, así como las prácticas que les enseñamos, repercuten en su boca durante muchos años.

¿POR QUÉ SON TAN IMPORTANTES LOS DIENTES DE LECHE?

Desde que vemos que a nuestro hijo le sale su primer diente, es clave que lo cepillemos y lo cuidemos. Estos dientes van a ser determinantes en un futuro.

El espacio que ocupan:

los dientes primarios se encargan de guardar el espacio para los dientes definitivos. Esto quiere decir que son fundamentales para que estos últimos se acomoden correctamente en la boca de los más pequeños. En total, un niño saludable tiene 20 dientes de leche

¿Qué pasa si se cae un diente de leche?:

como uno de sus papeles es ocupar el espacio que van a tener los dientes definitivos en un futuro, cuando se cae uno de leche los dientes más cercanos van a empezar a moverse para intentar guardar ese lugar que ahora está vacío. Estos movimientos pueden afectar la mordida y hacer que los dientes definitivos no queden bien alineados. 

Una caries, un problema:

el gran inconveniente de la caries en los dientes de leche es que puede llegar a afectar los dientes definitivos y, en ese proceso, la infección puede expandirse más allá de la boca. A una edad tan temprana, esto puede convertirse en un tema muy delicado.

CUIDADOS DE LOS DIENTES DE LECHE

Que los dientes de leche sean más pequeños, no significa que sean menos propensos a tener caries o cualquier otra infección. Acá, los papás son los encargados de protegerlos y de mantener los hábitos saludables.

El momento de cepillar:

Existen unos cepillos especiales con cerdas más suaves que son idóneos para los dientes de leche. Desde la aparición del primer diente es necesario empezar a cepillarlo por lo menos dos veces al día. 

Consulta odontológica:

Es muy importante llevar a los hijos a un primer control de odontopediatría antes de los 12 meses. De esta forma podemos saber si es necesario usar una crema de dientes especial. Los niños deben usar aquellas que no tiene flúor hasta los 7 años. 

Cuidado con el consumo de leche:

Con la salida de los primeros dientes es importante prestar atención a la alimentación de tu bebé. Si toma leche en la noche, es clave cepillarle los dientes después. 

El hábito de chuparse el dedo:

Esto también es muy importante tenerlo en cuenta en la visita odontológica. La práctica de chupar el dedo o un chupo puede afectar la mordida y la forma en que los dientes terminan alineados. 

Ojo con la alimentación:

El azúcar, al ser un ingrediente pegajoso, se adhiere fácilmente a los dientes. Junto a la saliva y otros alimentos, crean un ambiente propicio para las bacterias, que pueden generar caries. Es importante tener cuidado con la cantidad de azúcar que come nuestro hijo.

LA ENSEÑANZA DE LAS BUENAS PRÁCTICAS

Aunque en los primeros años los niños son muy pequeños para cepillarse correctamente los dientes y usar seda dental, es importante que desde el principio adopten estos hábitos.

La supervisión de los padres:

es muy importante que los papás sean los primeros encargados de fijarse muy bien en la higiene oral de sus hijos. Al comienzo, limpiando su boca y cepillando los primeros dientes, luego ayudándolos cuando están aprendiendo y después sirviendo como un ejemplo. 

Cepillar puede ser un juego:

Algo que pasa con frecuencia es que los niños únicamente cepillan los dientes frontales porque son los más visibles. Enseñarles que tienen que cepillar todos los dientes, por todos sus lados, puede convertirse en un reto que deben completar. Es importante que los padres estén cerca y se aseguren de que lo hacen del modo correcto. 

El ejemplo de los papás:

La mejor forma para que los niños aprendan es mostrándoles y siendo un ejemplo para seguir. Si nos ven cepillándonos los dientes varias veces al día, usando seda dental y enjuague, se convierte en un refuerzo para adquirir estas prácticas de higiene.

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